Esta historia tiene sus orígenes en una extraña placa que encontré en uno de mis tantos viajes por las rutas de la provincia que no me vio nacer, pero que me albergo en su seno durante 30 de mis años de vida. La placa, cuya foto pueden ver más abajo, se encuentra ubicada en la ciudad de Villa del Rosario, más precisamente en la Costanera.
Hasta el momento de encontrar esta referencia, siempre había relacionado “Paso de las Tropas” con un paraje del valle de traslasierra, entre Mina Clavero y Nono, cerquita del Museo Rocsen, lugares de los que hablaré en futuras entregas, pero la de hoy va dedicada al Paso de las Tropas de Villa del Rosario.
El texto de la placa conmemorativa nos dice:
“Es el paso marcado por la colonización para llegar al norte, a jesus maria y santiago del estero (s.XVI)
Por aqui pasaron los ejércitos de la patria en su gesta libertadora, tropas de caudillos en el fragor de la lucha interior entre unitarios y federales, chasquis, carretas y diligencias recorriendo los caminos que forjaron nuestro destino como nación.
Fue utilizado por el general Manuel Belgrano y su “Ejército del Norte” en la estadía en esta villa mencionado en sus cartas con el nombre popular de la época. “Los Ranchos”.
El creador de la bandera instaló campamento y comandancia en estas tierras recibiendo el aporte de hombres para sus filas y animales para equipamiento bélico y comida.
(Febrero – marzo de 1819)(s.XIX)
La orden era contener la amenaza de una invasión a Córdoba por parte del caudillo entrerriano Francisco “Pancho” Ramírez”
De la historia del paso y del camino quiero centrarme en los últimos párrafos, referidos a Belgrano y su ejército del norte. Y aquí usted comenzará por decirme mi querido lector, pero como puede ser, si Belgrano le entregó el mando del Ejército del Norte a San Martín el 17 de Enero de 1814 en Yatasto, ejército que luego sería convertido en el Ejército de los Andes por el Gran Héroe Argentino.
Esto es cierto en parte, pero, lo que los manuales de cuarto y quinto grado, y los libros de historia del secundario obviaron mencionar es que aun cuando Belgrano entregó el mando a San Martín en Yatasto (aunque algunos historiadores, entre los que destacan Alfredo Gargaro y Julio Arturo Benencia, señalan que fue en Los Algarrobos, unos 70 kms al norte de Yatasto), no volvió inmediatamente a Buenos Aires, sino que quedó al mando del Regimiento Nro 1 con el grado de Coronel y no fue hasta el 30 del mismo mes que fuese separado del Ejército del Norte y llamado a Buenos Aires, donde fue arrestado y procesado por traición a la patria, entre otras cosas, aunque luego se le perdonó en vista de sus méritos y honores.
San Martín por otro lado, cuatro meses después de Yatasto, renunció al mando del Ejército del Norte aduciendo problemas de salud y fue reemplazado por el Coronel José Rondeau, así que no mi querido lector, el Ejército de los Andes, a pesar de tener el mismo comandante, no tuvo nada que ver con el Ejército del Norte, quien siguió en operaciones independientemente del ejército que tuvo a su cargo la liberación de Chile y emancipacion del Peru, y mientras San Martín organizaba su gesta Andina, Rondeau era derrotado en Sipe Sipe el 20 de Noviembre de 1815 y el 12 de Febrero de 1816 en el Río San Juan, viéndose obligado a replegarse a Tucuman, donde seria el 7 de Agosto de 1816 desplazado de su cargo por el Directorio. El Director Supremo de las Provincias Unidas, Juan Martín de Pueyrredón, vuelve a colocar al Ejército del Norte entonces, nuevamente en manos de Manuel Belgrano.
Para 1819, San Martín completamente comprometido con su gesta libertadora y su plan continental, ya habiendo libertado Chile, y lanzado a la logística de su ataque por mar a la plaza fuerte de Lima, sabiendo de los conflictos internos por las frecuentes negativas del Director Supremo para reabastecer de tropas y de moneda a su Ejército, y cansado de lidiar a dos frentes, intenta calmar las aguas y le envía una carta a Artigas, quién era el más prominente de los Líderes de las rebeliones provinciales, el 13 de Marzo de 1819 en el que lo invita a desistir de la rebelión interna y unirse en pos del objetivo mayor de una América libre y soberana.
“Cada gota de sangre americana que se vierte por nuestros disgustos me llega al corazón. Paisano mío, hagamos un esfuerzo, transemos todo, y dediquémonos únicamente a la destrucción de los enemigos que quieran atacar nuestra libertad. No tengo más pretensiones que la felicidad de la patria. En el momento que ésta se vea libre renunciaré el empleo que obtenga para retirarme; mi sable jamás se sacará de la vaina por opiniones políticas…”
Con San Martín y el Ejército de los Andes en plena ejecución del plan continental, y creo yo, conociendo un poco cual seria la respuesta de don José de San Martin, Pueyrredon encomendó al Ejército del Norte la tarea de pacificar la rebelión de las provincias, y su comandante Manuel Belgrano, efectivamente, estableció su comandancia en los parajes que se indican en la placa recordatoria, en las márgenes del Xanaes, allá por febrero de 1819. Desde allí se preparó para contener las avanzadas de los caudillos santafesino, Estanislao López, y entrerriano, Francisco Ramírez. Luego de 22 días en los que se reaprovisiono y rearmo a su ejército con armas y hombres, partió con la orden del Director supremo Pueyrredón a atacar y reconquistar Santa Fe.
El 12 de Abril, Estanislao López y Belgrano firman el pacto de San Lorenzo después de varias escaramuzas en las que ambos no se sacan ventaja, poniendo fin a la lucha entre Buenos Aires y el Litoral. Las tropas del Ejército del Norte finalmente creen que van a realizar su sueño de volver a combatir al Realista, la historia sinembargo les tenía preparado otro destino.
A los Jefes de Estanislao López, y Manuel Belgrano, José Gervasio Artigas y el ahora Director Supremo José Rondeau respectivamente, no les convenció en lo más mínimo el tratado. Rondeau, el mísmo que había sucedido a San Martín como comandante del Ejercito del Norte, fue quién reabrió las hostilidades, intentando sofocar de una vez y para siempre la rebelión federal en Santa Fé y Entre Ríos.
El Ejército, ahora establecido en Pilar, recibe de Rondeau la orden de marchar hacia Buenos Aires el 12 de diciembre de 1819, su comandante ya no es más el ilustre Manuel Belgrano quien un mes antes, enfermo y maltrecho entrega su comando al general Francisco Fernández de la Cruz y se retira al Tucuman. Seis meses más tarde un 20 de Junio de 1820 en la ciudad de Buenos Aires, partiría hacia la posteridad, pobre y olvidado, destino que sufrieron muchos de los hombres de bien que sin otra ambición que la de la libertad de la patria, se encomendaron a esta tarea sin reparar en su propio beneficio personal.
El 8 de Enero de 1820, en la posta de Arequito, más de la mitad de la tropa, cansada de la guerra civil y de masacrar a sus hermanos por una causa que ni siquiera era la suya, se subleva a su nuevo comandante y se niegan a enfrentarse con las tropas federales al mando de Artigas y Estanislao López.
Al frente de la sublevación se encuentran el coronel Juan Bautista Bustos, futuro primer Gobernador Constitucional de Córdoba, el Coronel Alejandro Heredia y el mayor José María “el manco” Paz.
Esta sublevación que fue la causa de la disolución del Ejercito del Norte hasta la guerra contra la Confederación Peruano-boliviana del 37, fue la base que posibilitó la primera victoria de las Provincias frente a Buenos Aires, tiro por la borda la constitución unitaria de 1818 y fue el puntapié inicial a la larga cadena de eventos que culminarian en 1853 con la redacción de nuestra Constitucion Nacional definitiva, donde se plasma el triunfo de las ideas federales, y se deja sentado para las generaciones venideras que la República Argentina es una Nación Democrática, Republicana y Federal.