En nuestro viaje de hoy, quiero volver a un lugar que tiene un significado muy especial para mi, un sitio en el que junto con mis hermanos compartí muchísimas vivencias, hay mucha mística alrededor de la localidad de “Los Quebrachitos” en las serranías cordobesas y los terrenos colindantes al complejo de “Villa Leonor”, pero éstas historias no son tema para este blog, lo que si es historia del rinconcito, es la capilla que se erige dentro del predio del complejo vacacional que la provincia de Córdoba tiene en dicha localidad serrana.
La capilla es en si misma una obra única que pocas veces he visto, he viajado mucho y he conocido muchas grandes capitales y muchos pequeños poblados, pero hasta ahora no me he encontrado en mis viajes con una maravilla similar, simple, sencilla pero a la vez tan complejamente intrincada y mística. La “Capilla de Buffo” como se la conoce es el claro tributo a la genialidad de un artista que merece estar considerado entre los mejores de la historia.
Guido Buffo, era italiano, fue pintor, escultor, músico, astrónomo, inventor, científico, educador, escritor, botánico y zoólogo, sismólogo, casi que pareciera que hablásemos de uno de los grandes maestros renacentistas y no de un hombre nacido en Treviso allá por 1885.
Había estudiado bellas artes en el viejo continente, Venecia, París y hablaba fluidamente español, italiano, francés y latín. Buffo llegó a nuestras tierras en un año muy particular, 1910 el primer centenario de nuestra revolución de mayo, curiosamente para aquellos que gustan de las cábalas y la mística en los números, y sabemos por sus diseños que Buffo era uno de ellos, tenía 25 años, cuando llegó a Buenos Aires, a los 100 años de conmemoración de una fecha patria que también se relaciona con el número 25.
Pero, no sería hasta 4 años más tarde que la vida de Guido cambiaría para siempre, ya que en 1914, mientras su europa natal comenzaba a sumergirse en ríos sangrientos de odio y destrucción, él contraía matrimonio con la que sería el amor de su vida, Leonor Allende, en Córdoba. Contrajeron matrimonio y otra vez el 25, un 25 de Junio de 1917 nace su única hija, Eleonora.
Leonor, era una mujer delicada y enfermiza, y sufría de afecciones pulmonares, y el destino fue tan poco generoso con nuestro hombre que su hija también contrajo la Tuberculosis que afectaba a su madre, por lo que Guido compró un terreno en las sierras de Córdoba, famosas por su aire puro, altamente recomendados para aquellos que sufrían de aflicciones pulmonares, recordemos que en Santa María de Punilla, no muy lejos de allí, se encuentra uno de los hospitales para tuberculosos que más renombre tuvo por esas épocas, pero Guido, compró sus 30 hectáreas en el “Valle de Los Quebrachitos” en 1928. Construyó allí su casa, pero luego de unos años un, 24 de marzo de 1931 Leonor Allende finalmente muere y Guido queda devastado, emprende entonces un proyecto para demostrar el amor y el cariño que sentía por su Leonor, y empieza los trabajos de diseño de una capilla en honor de su esposa.
La construcción sinembargo no comenzaría hasta que 10 años después , un 6 de Setiembre de 1941 Eleonora, su hija también perdiera la batalla contra la Tuberculosis y partiera a mejor vida.
Buffo dejó todo lo que le quedaba en la capilla, construyendo a mano el último refugio de sus amadas y el suyo propio, ya que luego de su muerte en 1960 su cuerpo también fue depositado en la capilla.
No voy a describir su interior ni sus detalles, puesto que es una experiencia que más que narrarla, se debe vivir, solo mencionaré que en su interior los murales pintados por Guido Buffo se entremezclan con cábalas y misticismo y de yapa, también hay un sismógrafo basado en un péndulo de foucault. El ambiente es sobrecogedor, tanto por dentro como por fuera, y si bien no cuenta con la fastuosidad y majestuosidad imponente del “Duomo” en Milano o Santa Bárbara en Kutna Hora, si bien por sus modestos interiores no desfilaron reyes y reinas que definieron el destino de la humanidad como Westminster, no tiene nada que envidiarle a ninguna.
Si alguna vez, mis estimados lectores, viajan a la Provincia de Córdoba, en Argentina, el sitio desde 2015 fue restaurado y convertido en museo, por lo que ahora, no como en mis años de juventud uno puede visitarlo regularmente y no depender de que “el cuidador” esté presente para abrirte la puerta.
Para despedirnos de este viaje, los dejo con las palabras de Guido, grabadas para la eternidad en uno de los muros de la Capilla que lleva su nombre.
La fatalidad no quiso
que en este pequeño espacio
que algunas lajas limitan
LEONOR izara su
maravilloso palacio
de amor, laborado en sueños
como otro sueño infinito.
Nido inconcluso, hoy las hierbas
florecen en su recuerdo,
la línea que las alienta
es línea que fue de sueños.
Tú que pasas, a la fuente
lleva tus manos y deja
que unas gotas, como lágrimas,
deslían sobre las hierbas.VI IX MCMXLI
(06 de setiembre de 1941)
Referencias y Material de Consulta:
http://www.lanacion.com.ar/764842-capilla-buffo-un-canto-al-amor-eterno http://www.capillasytemplos.com.ar/unquillo-buffo.htm
http://www.lavoz.com.ar/tendencias/la-capilla-buffo
http://lahistoriaeselviaje.blogspot.ie/2013/02/capilla-de-buffo-unquillo-misticismo-y.html
http://www.cba.gov.ar/capilla-de-buffo-un-templo-al-amor/
http://revistamistura.com.ar/web/index.php/secciones/especiales/historia/96-guido-buffo-el-artista-que-amo-mas-alla-de-la-muerte.html